30 noviembre, 2005

Japónico

Siempre me he preguntado por qué tengo tanta afinidad con las cosas orientales. Siempre me han gustado las artes marciales, de hecho las he practicado desde los 15 años, por otro lado, siempre he sentido la necesidad de saber de la cultura oriental, de sus plantas, de su milenaria forma de vida, de sus hábitos, etc.
Será que en alguna de mis vidas anteriores, porque creo que las vidas pasadas, habré sido un chino, o un japonés o koreano. Yo creo que si. La verdad me gusta creer que puede haber sido así y creo que el pensarlo por lo menos crea un lazo mas fuerte con lo que trato de ser en la vida, aunque no siempre me resulte.
Por ejemplo, hace un par de años me compré un bonsai para cultivar aun más ese espíritu oriental, un Olmo que se llamaba juvenal, como el penoso DT de la selección chilena. Bueno, al final, por cosas del destino, mi bonsai se murió hace un par de semanas. Tal vez no lo cuidé demasiado, no se daban las condiciones de agua, luz, humedad en mi casa, no lo tengo muy claro. O tal vez será que quiero ser algo que ya fui y no puedo volver a ser, un oriental en Chile y además con cara de campesino.
A pesar de todo, aun tengo ganas de seguir adornando mi casa con cosas orientales, cuadros, plantas, olores, pensamientos, sabidurías, comprar otro bonsai y cuidarlo mejor que el anterior. Sueño con algún día viajar y conocer por ejemplo la Muralla china, o un templo Shaolín, o los jardines de Japón, sería genial porque creo que ahí sentiría si alguna vez esas fueron mis raíces.

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